Que gustazo cuando vienen a vernos después de algún tiempo, los bebés a los que les hicimos las fotos de recién nacido. Como el caso de Oliver, que en este caso, tuve la suerte de conocerlo con tan solo unas horas de vida. En su primer reportaje no paró de dormir, lo cual ayudó a conseguir unas fotos espectaculares. Después tuvimos su bautizo, que fue como estar en familia. El cambio de Oliver ya era muy obvio, en tamaño y en comportamiento. Era un bebé risueño como el que más 🙂
Y ahora hemos tenido el placer de recibirle en su primer añito de vida con una sesión smash cake, sesión por cierto, 100% recomendable, ¿porque? porque el primer año de vida es único y hay que celebrarlo de una forma especial. Con una tarta a medida, con un decorado colorido y con mucha alegría.
Todo niño de un añito es curioso y observador, si probamos a ponerle delante una tarta y dejarle que explore y pruebe… Pues imaginaos el resto!. Es imprescindible no agobiarse y dejar que todo vaya sucediendo.
El cambio físico de Oliver era increíble, en esta nueva etapa, le acompañan sus ricitos que hacen que esté mas guapísimo todavía. Y además de la compañía de sus papás, también gozaba de la su hermano mayor que nos ayudó un montón y no paró de hacerle sonreír.
En estas sesiones aprovechamos para hacer alguna foto familiar y de hermanos.
Es un buen momento para pasarlo bien y sonreír por todo lo que tenemos 😉